martes, 3 de enero de 2012

Capítulo 10. Pesadillas.

Sabrina se revuelve en la cama. Hay algo que no cuadra. Su cerebro no funciona bien. Está atontada. Tiene sudores y está temblando todo el día. Tiene horribles pesadillas. De repente se levanta y grita. Al oírla, su madre se pone las zapatillas y corre hacia el cuarto de su hija. La pequeña Ana empieza a llorar desde su dormitorio.
-¡¡Hija!! Sólo ha sido una pesadilla. Tranquila. Iré a por una tila.- y María, la madre de Sabrina camina hacia la cocina. María prepara una tila a su hija mientras algunas lágrimas le resbalan por la cara. No sabe que le pasa a su hija. Ha tenido muchas pesadillas últimamente, y los temblores, los dolores de cabeza... debería de llevarla al médico. No la puede ver así. Se siente muy mal.
Mientras, Sabrina está en su cama tumbada con los ojos abiertod como platos. Se siente fatal. Pero tiene los ojos abiertos de puro terror. La pesadilla esta vez ha ido a más. Antes sólo veía a la serpiente atacar a ese muchacho, pero hoy a sido peor. Hoy tambien se ha visto ella. Ella siendo devorada por esa serpiente que la tiene aterrada. Esa enorme serpiente roja, que medirá de largo unos tres metros y con esa cabeza y esa boca... Sabrina tiene temblores sólo de pensarlo. No le ha hablado ha nadie de sus pesadillas. Lo que más aterrada le tiene son esas letras que aparecen con sangre por todos lados al final de la pesadilla. Aún no ha adivinado lo que significa: Huwezi kutoroka. No sabe en qué idioma está, ni lo que significa, ni porqué lo pone al final de su sueño. No sabe nada. ¿Quién será ese muchacho? Siempre es el mismo. Con esa capucha negra puesta. Y esos pantalones negros. Es un muchacho de su edad o así pero con una fuerza sobrehumana. Sabrina tiene miedo.
-Toma hija. Bébetelo.- María entrega a su hija la tila y va a calmar a Ana. En verdad Ana no es su hija. Es su sobrina. Sus padres fueron asesinados en un viaje a África. Fueron descuartizados mientras volvían a su hotel y los encontraron sólo con algunas partes del cuerpo y sin una gota de sangre. Nunca encontraron al asesino. Los policías creen que los mataron y vendieron las partes del cuerpo a algún brujo o a alguna tribu. Como la niña no tenía ningun otro familiar, los padres de Sabrina decidieron adoptar a su sobrina. Sabrina se toma su tila de tres tragos y decide echarse a dormir. Se queda dormida y vuelve a soñar con el muchacho, pero esta vez no está la serpiente, sino que el muchacho tiene un gran cuchillo en la mano que rodea el cuello de un cordero.
María consigue dormir a Ana, y vuelve a la cama con su marido con la idea en la cabeza de llevar a su hija a un psicólogo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario