domingo, 1 de enero de 2012

Capítulo 9. Mayra.

-Despierta niña.- Mayra entra a mi dormitorio. Con su diabólica sonrisa tira de mis mantas y me desarropa.
-Déjame dormir cabrona...
-Tu madre me dijo que a las diez arriba asi que ya sabes.- y tira de mi brazo hasta tirarme al suelo. Caigo de boca y me levanto un poco. La miro. Está riéndose a carcajadas. Coge ropa y me la tira.-Cámbiate que tenemos mucha limpieza que hacer.
Cojo la ropa y me visto. A los quince minutos salgo de mi cuarto con un corto disfraz de chacha negro y una feísima diadema en la cabeza. Para disgusto de Mayra, me queda muy sexy, así que me grita que deje de hacer el ganso y me vaya a cambiar a mi cuarto. Finalmente salgo de allí con unas mallas rojas y una camiseta vieja amarilla. Mayra me lanza un plumero y me ordena limpiar toda la casa. Algo duro dado que mi casa tiene tres plantas y es enorme. Cojo los cascos y me los pongo en las orejas para que la música haga mas llevadera mi tarea, pero Mayra me dice que me los quite porque quiere tener una charla conmigo. Querrá torturarme hoy o algo así.
-¿Dónde dormiste el otro día?- me pregunta.
-¿Y a tí qué te importa?- respondo de mala gana.
-No era sólo por saberlo...
-En casa de mi amiga.
-¿Amaia?- y cuando dice este nombre, la miro extrañada.
-¿Cómo sabes tú cómo se llama?- pregunto mirándo su gran sonrisa. Ésto no me huele bien.
-Por tu tatuaje alomojor...- dice casi en un susurro. Mi cara pasa de su color normal al blanco en un segundo. Mayra sabe lo de mi tatuaje. Y no dudará en decírselo a mis padres. Mi vida está acabada.-Tranquila, no voy a decir nada.- No sé porque me ha dado igual que diga esto. No la creo lo más mínimo.-Claro que... tú deberás hacer algo a cambio. No dirás nada de lo que pase aquí. Tu misión es ver, oír y callar. Nunca les dirás a tus padres lo que hago o dejo de hacer en esta casa. Si lo dices, acabarás en un internado lleno de desechos sociales.
No me lo puedo creer. Me tiene bien pillada.

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